En 1988, Isao Takahata dirigió su primera película animada para Studio Ghibli, titulada “Hotaru no Haka” o “La tumba de las luciérnagas”, y con ella, la animación cambió para siempre.

De que trata esta Película?
En 1945 a finales de la Segunda Guerra Mundial, los bombarderos estadounidenses arrasan con las ciudades japonesas, creando tormentas de fuego. En los barrios hechos de casas de madera y papel, los habitantes no tienen escapatoria y no hay manera de acabar con los incendios.
Seita es un niño de 14 años que vive en la ciudad de Kobe, con su madre y su hermanita de 4 años, Setsuko. Durante un ataque aéreo, la madre muere y los niños se quedan solos sin ningún lugar para vivir. En un instante, la guerra les arrebató todo. Seita, toma la decisión de no contarle a su hermanita que su madre ha muerto, y se pone a buscar algún lugar en el que puedan vivir, y alimentos para subsistir.

Al principio, pide ayuda de una tía, pero ésta los trata mal ya que durante la guerra, los alimentos escasean y las raciones de comida son cada vez más pequeñas, así que para ella es una carga el tener que alimentarlos y acaba echándolos cortésmente. Seita, en su inocencia infantil, cree que estarán bien por su cuenta, ya que tiene algo de dinero para poder comprar comida; así que toma a su hermanita, y se van a vivir a una cueva abandonada junto a una colina; pero pronto Seita, se da cuenta, que no hay comida para comprar.

La tumba de las Luciérnagas impresiona desde el inicio
La tumba de las luciérnagas me sorprendió desde los primeros minutos, ya que nos muestra a Seita, un niño moribundo tirado en el piso de una estación de metro; vemos como la gente pasa junto a él y lo ignoran como si fuera invisible; otros, lo ven con cierto asco y desprecio. Nadie, absolutamente nadie se acerca para ayudarlo, aún cuando es evidente que el niño se está muriendo de hambre y de sed; para ellos, él será solo un muerto más.
Pero inmediatamente después, la pantalla se ilumina por millones de luciérnagas, y es cuando vemos los espíritus de Seita y Setsuko, felices, como lo eran antes de la guerra, y son sus espíritus los que nos acompañan a lo largo de la película, y nos cuentan su historia a manera de escenas retrospectivas. Quizás el director nos quiso presentar su trágico final desde el comienzo de la película, para que podamos asimilar lo que va a suceder, y al mismo tiempo, para darles un final compasivo al reunirlos en la otra vida.
Basada en una historia real
Ésta película animada, está basada en la novela semi biográfica de Akiyuki Nosaka, que era un niño en el momento de las bombas incendiarias y cuya pequeña hermana estaba bajo su cuidado y murió de inanición durante la guerra. El autor escribió este libro, para honrar a su hermanita y hacer frente al tremendo sentimiento de culpa que sintió toda su vida, al haber sobrevivido.
El director de la película también vivió siendo niño el ataque estadounidense. Es por ello que la película es tan realista y con tanto detalle, ya que existe un conocimiento pleno de cómo la guerra afectó a la vida y a la sociedad de esa época: ciudades en ruinas, niños huérfanos, hambruna y una sociedad indiferente, egoísta y apática.
No todo es Melancolía en la Tumba de las Luciérnagas
Sin embargo, no todo es tristeza en esta película, ya que la película también nos regala momentos de diversión, sencillez, inocencia infantil y un gran amor fraternal. Vemos como Seita se desvive en crearle un mundo de fantasía a su hermanita, para que ella no se diera cuenta de los horrores que ocurrían a su alrededor, por culpa de la guerra.

¿Qué significado tienen las luciérnagas?
Una de las escenas visualmente más hermosas de la película, se da cuando los hermanos atrapan luciérnagas durante la noche, y las usan para iluminar la cueva en la que habitan.
Al día siguiente, Seita encuentra a la pequeña Setsuko enterrando cuidadosamente a los insectos muertos y entre lágrimas le pregunta: ¿por qué las luciérnagas mueren tan pronto?. Esto tiene un doble significado, ya que nosotros como espectadores, somos testigos de ver cómo Setsuko al comienzo es como una luciérnaga, llena de luz, llena de vida. Vemos cómo se va apagando poco a poco, hasta llegar un punto en el que no puede moverse a falta de fuerza y acaba muriendo de hambre a una edad muy temprana.

Icono de Animación Japonesa
A más de tres décadas de su estreno en Japón, “La tumba de las luciérnagas” continúa siendo un ícono de la animación. Uno que derribó paradigmas; que demostró que los dibujos animados también pueden tener una temática seria y conectar con la audiencia adulta. Sí, tiene el final más triste de cualquier película que hayan visto jamás, pero al terminar de verla, quedas con una sensación de haber presenciado algo único. No en vano es considerada como una de las mejores películas antibelicistas de la historia junto a La lista de Schindler y El Pianista.
El 9 de diciembre de 2015, el verdadero Seita, Akiyuki Nosaka, falleció; me gusta imaginar que en otra vida, en otro mundo, al fin pudo reunirse con su hermanita, y se encuentran juntos cada noche…. atrapando luciérnagas.